miércoles, 7 de abril de 2010

MOISES GONZÁLEZ LIRA

MOISÉS GONZÁLEZ LIRA, ACTOR EN LA HISTORIA DEL PROGRESO DE HUITZILAN


Entrevista
Oficina de Prensa Puebla

Desde adolescente, ya se apuntalaba como uno de los pobladores que contribuiría al desarrollo y transformación del municipio serrano, no sólo porque se le atribuyeron funciones de vigilancia y organización de actividades en su sección, sino porque experimentó el dolor, el miedo y la incertidumbre, de cuando la Unión Campesina Independiente asolaba Huitzilan.

Ex presidente municipal, habitante exiliado durante la hecatombe cacique-UCI (hace más de 26 años), campesino y activista, Moisés González Lira habla, con orgullo, de su colaboración en los 26 años de progreso logrados por la gente del municipio, desde la llegada del Movimiento Antorchista a ese lugar.

Originario de la cabecera municipal y con 56 años de edad, don “Moy”, como todos sus amigos lo llaman, se ha convertido en uno de los precursores del avance en Huitzilan, escribiendo con la sangre de su familia historias de injusticia, pero, con lucha y confianza, aquellas que significaron el éxito del cambio radical.

Hijo de padres indígenas, el ex edil comentó -en entrevista- que, desde su infancia, pocas veces veía a su padre, pues éste tenía una larga jornada de trabajo. “Yo casi no conocí a mi padre, porque él siempre se iba muy temprano, a las 5 de la mañana ya se iba, llegaba muy noche, a las 11 y, cuando llegaba ya estábamos dormidos, y cuando despertábamos ya no estaba, salía temprano; a mi padre lo veía los domingos cuando descansaba”.

González Lira apenas pudo terminar la primaria, pues su progenitor tuvo un percance en el que se lastimó y sus patrones no quisieron pagar las curaciones, entonces, Moy se vio obligado –a los trece años- a dedicarse al campo, inclinándose por la siembra del maíz y el frijol, así como al cultivo del café, en media hectárea que su padre tenía.

Huitzilan en los 70´s, envuelto en una nube de miedo
A la edad de 19 años, Moisés González recibió su primer nombramiento: “capitán de faena de la cuarta sección”, mandato que hizo el entonces presidente municipal, Eduardo Carballo Vázquez. Agregó: “volvieron a girar otro nombramiento para inspector de la escuela primaria, para vigilar a los niños que acudan a clases, y otra vez cumplí lo de un año, de ahí comencé, andaba trabajando en el campo y, a veces, no me alcanzaba lo que sacaba en el campo, tenía que ir a la costa a trabajar, a Martínez”.

En este sentido, señaló que su vocación por el campo era cada vez más fuerte; sin embargo dos sucesos marcaron su destino: el primero, el asesinato de su hermano, Pablo González Lira, y, el segundo, el asesinato de Francisco Hernández Xalcualco, en 1976, a quien encontró mientras caminaba con su bulto de café.

“Llegó el día en que venía con mi bulto de café y allá, más arriba, donde tienen el potrero los Acos –una familia-, escucho unos disparos, estaban, no veían a quien le estaban tirando, pero casi en ese tiempo eran todo de la UCI (Unión Campesina Independiente), estaban viendo del otro lado a otras personas que eran de la UCI, quería yo agarrar otra vereda, pero sentí que me iban a ver, pues que tuve miedo, mejor seguí mi camino y que veo a un señor que estaba tirado. Ahí que lo balacearon, es Francisco Hernández Xalcualco… bañó una escalera de sangre, iba pasando, pero el asesino venía de frente y lo balaceó, y lo desbarrancó de la escalera, lo arrastró y lo bañó todo de sangre, pasé rápido, vine avisar y, luego, rápido fueron a ver; desde entonces, yo ya no pude salir”, contó.

“Pensé, no me van hacer igual como el señor que lo balacearon sin culpa, sin nada, ya no quise salir, dejé mi huerta así, café había todavía, ellos lo cortaron –los de la UCI-, ya no pude salir. Estuve como dos o tres meses encerrado en mi casa y no podía salir y ya tenía miedo; ya los de la UCI, todos estaban armados”, relató don Moisés, quien, debido a esta situación, tomó la decisión de salir de Huitzilan y migrar a Zacapoaxtla.

Y no fue la única persona que lo hizo, luego de que el municipio se convirtió en un paraje de peligro y la muerte, donde la justicia y la ley no existían, y donde la incertidumbre recorría las calles pedregosas -porque en cualquier momento alguien inocente pudiera salir herido de bala-, centenares de huitziltecos decidieron dejar casas y tierras, para preservar su seguridad.

Estando en Zacapoaxtla, comentó González Lira, mandó traer a su mamá y, en el momento en el que los miembros de la UCI se enteraron, quemaron su casa. Más de la mitad de la población –calculó-, debido a las condiciones de estancamiento y violencia en el que permanecía Huitzilan, decidió instalarse en Cuetzalan, Zapotitlán, Zacapoaxtla y otros lugares aledaños.

“Estoy hablando como del 81, por ahí, de los problemas surgió desde el 76, que se organizaron los de la UCI, que venían en contra de los caciques, de los terratenientes; y este se fue haciendo más problemas, porque ya no había ley, ya están matando mucha gente sin culpa, sin nada, querían descargan sus armas contra alguien”.

Inicio de una lucha. Resultado: el progreso
Fue esta serie de eventos lo que motivó a un grupo de trabajadores del almacén Diconsa a organizarse; así que acudieron al municipio mixteco de Tecomatlán, toda vez que “allá hay una organización”. Fue entonces cuando se buscó la ayuda de Antorcha Campesina.

Ahí, dijo, se le explicó al líder, el maestro Aquiles Córdova Morán, y a otros compañeros, cómo estaba la situación en Huitzilan. Así pues, se realizaron una serie de plantones y marchas, solicitando al Gobierno del Estado que enviara seguridad a Huitzilan, “porque no hay ley, no hay seguridad ni de los judiciales, ni del ejercito, ni del estatal…no entraba nadie”.

En 1983, cuando se acercaban las elecciones para presidente municipal, todos los huitziltecos que vivían en Zacapoaxtla decidieron elegir a un candidato: Ramírez Velázquez Gobierno. Como no se podía entrar en la cabecera, explicó, las votaciones se llevaron a cabo en Zoyotla, Acateno, Taltzintan y Totutla, donde resultó ganador. El Movimiento Antorchista llegó el 21 de marzo, recordó González Lira, y ya con el presidente registrado, se inició el trabajo de desarrollo.

26 años de lucha y progreso
Desde el momento en el que se eligió al primer ayuntamiento antorchista, se abrieron escuelas; no obstante, la organización buscó maestros y maestras antorchistas. Al mismo tiempo, aseguró, se inició una serie de obras, principalmente puentes, porque, de la comunidad de El Paraíso a la cabecera municipal no se distinguía la carretera, llena de zanjas y con puentes de madera.

“Y así, desde entonces, se arrancaron las gestiones para las obras, primero, se arregló de El Paraíso para acá, los puentes, luego se hizo, pues, las aulas en la escuela primaria, jardín de niños; luego en las comunidades, luego canchas, luego se solicitó teléfono, luego empezamos a solicitar agua potable, porque no tenía la cabecera municipal…ya comenzamos a trabajar. En aquel tiempo, todos los compañeros que habíamos salido, todos estábamos centrados aquí…en el auditorio, nos daban de comer”.

González Lira continúa con el trabajo antorchista
Además de formar parte del grupo organizado, para mejorar las condiciones de vida de los huitziltecos, en 1999 Moisés González fue electo presidente municipal, aún cuando las responsabilidades del compromiso con la población ya se estaban trabajando; ocupó varios cargos en los comités de gestión de servicios públicos, como de electricidad, educación y Comisaría Ejidal.

El desarrollo se materializó en obras, como las bases del muro de contención para el auditorio municipal “Máximo de la Cruz Rivera”, la construcción de la Clínica de Salud en Zoyotla y la Telesecundaria. Pero, una de las obras más importantes, recalcó don Moy, fue la apertura del camino Totutla-Zapata-Aocotzota.

Actualmente, permanece como activista en la sección cuarta, encabezando las gestiones para las obras necesarias, faenas para el mejoramiento de caminos e intervención en obras para agilizar las construcciones.

A pregunta expresa sobre el progreso de Huitzilan de Serdán durante 26 años respondió: “Es bastante avanzado, porque antes no se tenía nada, ahora se tienen muchas cosas que gozamos: carreteras de Pahuata a Huitzilan no tenían comunicación y eso lo hizo Antorcha, en estos 26 años; apertura de carreteras, eso fue muy duro, porque nos costó bastante que se aprobara”.

“Todo eso es un avance muy importante, antes no teníamos Centro de Salud, es lucha de Antorcha, las escuelas han avanzado bastante…ahora tenemos hasta Normal. Ha avanzado bastante en educación, hasta en salud, ahorita estamos con la lucha, porque no es suficiente y, en Huitzilan estamos avanzado, y Huitzilan se ha levantado gracias al esfuerzo de todos los compañeros que están al frente de Antorcha Campesina”, concluyó.

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